CP&G srl nació en 2003 de una idea de Massimo Contene quien, después de muchos años de trabajo como gerente de calidad de una gran cadena nacional, decidió dejarlo todo y regresar a Cerdeña para hacer realidad un sueño: construir una empresa de gastronomía fresca.

Lorella siempre ha sido una empresaria, muy joven llegó a ser Presidenta de un consorcio de ganadería que agrupa a más de veinte empresas del sector.
Después de 10 años de trabajo, decide que es hora de ser madre.
Silvia (2000) y Chiara (2002) nacieron, sin que Lorella se tomara nunca un día de licencia, maternidad o enfermedad.
En 2002, debido a una grave crisis del sector, el Consorcio cerró y Lorella se quedó sin trabajo.
Es muy conocida y apreciada en el sector, pero a pesar de ello, cuando llega a las entrevistas se le cierran las puertas en la cara porque está sobrecualificada, tiene dos niñas pequeñas, porque ya no es tan joven (36 años) .

A finales de 2003 gracias a un conocimiento común Massimo y Lorella se encuentran. Massimo le pide a Lorella que lo ayude primero como consultor, luego como empleado y finalmente como socio en la gestión de la empresa.

Mientras tanto, para superar la crisis que afectaba a muchos sectores en esos años, la empresa cambió su dirección productiva y comenzó a especializarse en la elaboración de conservas tradicionales en aceite.
Fueron años difíciles, Lorella y Massimo tomaron decisiones importantes, y decidieron de mutuo acuerdo que si la Compañía quiere tener un futuro, este no puede ignorar los valores de solidaridad social y respeto por el medio ambiente.

La empresa siempre ha favorecido la contratación de mujeres, pero a partir de ahora lo que más empezará a contar será el contexto de donde provienen las mujeres: situaciones familiares difíciles, matrimonios fallidos, hijos a cargo, maridos que no pagan pensión alimenticia.
El objetivo pasa a ser el de dar la oportunidad de un trabajo estable y bien remunerado a quienes nunca en la vida lo hubieran tenido, para crecer y mejorar juntos.

Las opciones de productos fueron de la mano, enfocándose en materias primas de calidad, privilegiando el procesamiento fresco mediante la construcción de acuerdos de cadena de suministro con pequeños productores locales, donde la presencia de mujeres también fue fundamental.

Para respetar el medio ambiente, se han creado nuevos productos donde la creatividad ha ido acompañada de la necesidad de minimizar el desperdicio de materias primas.

Ayò no es solo nuestra marca, que a diferencia de lo que muchos piensan no es un saludo, sino una invitación a seguir adelante.